Cefalú
De Palermo a Cefalú hay apenas una hora en coche. A medio camino podemos parar en Caccamo y disfrutar de las vistas desde el castillo de este pequeño pueblo.
Cefalú es un pequeño pueblo de la costa siciliana famoso en toda Italia por sus balnearios. Encontramos aparcamiento cerca del centro, en los alrededores de la Piazza Cristoforo Colombo, desde ahí podéis caminar a cualquier parte del casco histórico. Nosotros nos alojamos en la Piazza Francesco Crispi.

En Cefalú, hay que ir a la playa, pasear por sus callejuelas, ver la catedral normanda y subir a la rocca para contemplar unas maravillosas vistas de la costa y el pueblo. Antes de cenar, vimos el atardecer desde el Bastione di Capo Marchiafava.

Hay varios restaurantes interesantes y pastelerías deliciosas. Nosotros os recomendamos la terraza con vistas al mar del Lo Scoglio Ubriaco.
Islas Eolias
Al siguiente día descubrimos por qué no se debe beber agua del grifo en una isla. No probéis ni una gota de agua siciliana. Siempre agua embotellada, de lo contrario os esperan unas horas de intempestivas visitas al inodoro.
Para llegar a estas islas hay que buscar un ferry en Milazzo, a algo menos de dos horas de Cefalú.
Nosotros aparcamos en un garaje público. No teníamos alojamiento aquí, así que las maletas las teníamos que dejar dentro del coche y para quedarnos tranquilos preferimos dejarlo a buen recaudo.
En el muelle hay información con los horarios y precios a las distintas islas. Teníamos la opción de visitar Lípari o Vulcano. Nos decantamos por Vulcano. El viaje cuesta unos 50€ y salen con bastante frecuencia.
Vulcano
Vulcano es la isla más cercana a la costa Siciliana, famosa por las propiedades terapéuticas de sus baños de lodo. Desde el muelle se puede caminar hasta el inicio del sendero que sube al volcán. Ascendiendo la suave loma podemos contemplar las magníficas vistas del archipiélago. Como en todos los volcanes el olor a azufre es potente, pero si no te acercas demasiado a las grietas humeantes no tendrás ningún problema.

Taormina
Esa misma noche llegamos a B&B Villa Marisa, en los Giardini Naxos. Massimo nos recibió encantado a pesar de que ya era tarde. Tienen unas habitaciones amplias y cómodas y el desayuno es espectacular. Por la mañana, después de que Massimo nos diera algunas indicaciones para continuar nuestra visita por este lado de la isla, recorrimos los escasos kilómetros que nos separaban de Taormina.
Taormina es una ciudad preciosa situada en lo alto del monte Tauro, en un balcón a 200 metros sobre el mar, frente al Etna. Si subes temprano es posible encontrar aparcamiento justo antes de llegar al pueblo y no tendrás que subir andando.
Entramos por la Porta Messina y caminamos por el Corso Umberto hasta la Piazza IX Aprile para contemplar las asombrosas vistas. Continuamos callejeando por las estrechas calles del pueblo hasta encontrarnos con el impresionante teatro griego, un lugar emblemático, con unas vistas del Etna y de la costa siciliana sin parangón. No podéis soslayar esta visita, son 8€ muy bien invertidos. Es impresionante.

Cerca del teatro hay un jardín público con buenas vistas. Sin embargo, el viajero debe caminar hasta Viale S. Pancrazio y bajar en funicular hasta la playa de la Isola Bella.

Era ya mediodía así que decidimos comer en algún restaurante y gracias a un chico del pueblo dimos con el Ristorante da Giovanni. Pescado fresco, pasta y vino delicioso, además de un trato muy agradable y de unas inmejorables vistas de la playa.

Después de disfrutar de la tarde en la playa, volvimos al pueblo para tomar un helado en la estupenda terraza del Bam Bar. Terminaba el día y todavía teníamos que llegar a Catania. Os lo contamos en el siguiente post.
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